La sostenibilidad y el comercio local van de la mano. Cuando optamos por comprar productos locales, estamos apoyando a nuestra comunidad y ayudando a reducir la huella de carbono que deja nuestro consumo. Pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que los productos que compramos son realmente responsables y sostenibles?
Prestar atención a los detalles
Uno de los primeros pasos es investigar sobre las empresas locales de nuestra comunidad. Muchas veces, estas empresas tienen prácticas sostenibles y ética en su producción y gestión. Además, al comprar localmente, estamos contribuyendo al desarrollo económico de nuestra comunidad y promoviendo la creación de empleo local.
Otra forma de elegir productos responsables es prestar atención a los ingredientes y materiales utilizados en su producción. Busca aquellos que son orgánicos, naturales y no tóxicos. También es importante considerar si los productos han sido probados en animales o si son veganos o cruelty-free. Ciertamente estar pendientes de leer las etiquetas puede llegar a cansar y a que nos lleguemos a fiar de una determinada marca. Otro día hablaremos de la publicidad «verde». Un camino sencillo es preguntar el origen en el comercio y ahí, de nuevo, el comerciante local es «imbatible», no solo en el sector de la alimentación si no en prácticamente todos. El comerciante conoce bien el producto que vende. Hay que tener en cuenta que, en el comercio independiente, quien te atiende es frecuentemente quien ha comprado el producto, quien ha decidido que quiere poner a la venta y conoce bien los detalles de los productos que pone a disposición de los clientes.
Además de investigar, podemos optar por comprar productos de segunda mano o reciclados. Esto nos ayuda a reducir nuestro impacto ambiental al evitar la producción de nuevos productos y darle una segunda vida a aquellos que ya han sido utilizados. En nuestras ciudades hay un buen número de comercios que venden productos de segunda mano, desde todo tipo de ropa, como electrónica, menaje etc.
Tener en cuenta algunos "básicos"
También es importante, desde un punto de vista ambiental, considerar el embalaje de los productos que compramos. Busca aquellos que utilizan materiales biodegradables o reciclados y evita en la medida de lo posible, aquellos que utilizan plásticos no biodegradables. La compra a granel es siempre una buena opción para reducir el embalaje. Los supermercados de barrio, las tiendas de ultramarinos, charcuterías, carnicerías… lo vienen haciendo desde siempre. Este modelo de venta se va recuperando poco a poco, con personas emprendedoras que abren tiendas con producto a granel, como frutos secos, infusiones, pasta etc.
En definitiva. Consumir en comercios locales, allá donde nos encontremos, es, en sí mismo, un acto que ayuda a cuidar nuestro medio ambiente y a las comunidades donde se encuentren. Basta tener un poco de espíritu «Local Lover» para colaborar en esta tarea.